Cáritas y Fundación Foessa han presentado el informe territorial FOESSA sobre exclusión y desarrollo social en Aragón.
- Aragón mejora sus niveles de integración y sus índices económicos y de desigualdad, pero se cronifica y agrava la exclusión severa
- Más de la mitad de la población aragonesa en exclusión viven situaciones de vivienda ineducada o insegura
- El 13,4% de las personas que trabajan están en exclusión social y el 2,1% en exclusión severa
El Informe FOESSA sobre Exclusión y Desarrollo Social en Aragón, en palabras de Guillermo Fernández, coordinador del VIII Informe FOESSA, “un relato del momento de incertidumbre en el que nos encontramos y una mirada a nuestra cohesión social para analizar cómo vivimos y reaccionamos ante la gran recesión, cómo estamos enfocando la salida y cuáles son las consecuencias de la crisis en la poscrisis en Aragón”.
Hoy en 2019 ya no vivimos una situación similar a la del 2007. Vivimos en un momento de clara mutación social. Un cambio sin precedentes en el camino que parecía seguir nuestra sociedad desde el último cuarto del siglo pasado. Un tiempo donde las brechas que se están produciendo, como la desigualdad, la debilidad de los sistemas de gobernanza globales, la erosión de las instituciones públicas, la gestión insolidaria de las crisis, el ascenso de los particularismos y las actitudes reactivas y xenófobas que consolidan el individualismo, están hipotecando nuestro futuro. Cambios a escala planetaria que alcanzan los aspectos más esenciales de nuestro ser.
Este VIII Informe ha sido construido por más de 500 personas. Un equipo de investigación solvente y comprometido con la realidad de los más pobres, 125 investigadores de 30 universidades y 13 organizaciones de acción e investigación. Un equipo de encuestación profesional de más de 350 personas que en el caso de Aragón han entrevistado a una muestra representativa de los hogares y la población aragonesa repartida por el conjunto del territorio de la comunidad autónoma. En dichas entrevistas han compartido más de una hora y media de su tiempo para conocer a fondo su situación y poner de forma gratuita las vicisitudes de su vida cotidiana al servicio de la investigación.
El Informe FOESSA Aragón tiene un carácter descriptivo y su contenido se encuentra íntimamente vinculado al VIII Informe FOESSA sobre exclusión y desarrollo social en España, siendo éste es un relato del momento de incertidumbre en el que nos encontramos, realizado al servicio de nuestros decisores políticos y de la sociedad en su conjunto.
Una mirada a nuestra cohesión social que se retrotrae a cómo vivimos y reaccionamos ante la gran recesión y cómo estamos enfocando la salida. Una historia que da cuenta de las consecuencias de la crisis en la poscrisis.
¿Qué está sucediendo en Aragón?
La primera idea es que la exclusión social se enquista en la estructura social de nuestro país. Hoy el número de personas en exclusión social en Aragón es de 227.000, el 17,4% de la población de la comunidad autónoma. Es lo que denominamos la sociedad estancada, un grupo de personas para las que el ascensor de la movilidad social no funciona y no es capaz de subir siquiera a la primera planta. Desde el 2013 a 2018 la exclusión se ha reducido sólo en un 1,6% y en 29.000 personas.
Pero dentro de ella, existe un grupo especialmente vulnerable afectado por problemas de exclusión, que acumulan tantos problemas en la vida diaria que les impide tener un proyecto vital mínimamente estructurado, son 105.000 personas en situación de exclusión social severa. Ha pasado de representar un 7,8% de la población aragonesa en el año 2013 a un 8% en el año 2018. Son el grupo sobre el que se ceba la desigualdad y la precariedad en sus diferentes formas. La vivienda insegura e inadecuada, el desempleo persistente, la precariedad laboral extrema y su invisibilidad para los partidos políticos, son algunas de sus características.
Pero si aumentamos aún más el tamaño de la lupa de nuestra mirada, observamos que dentro de estas 105.000 personas en situación de exclusión severa existe un subgrupo de aproximadamente 50.000 personas, que concentra el núcleo de la exclusión más dura en Aragón. Son personas y hogares para los que los mecanismos de protección social han fallado o no son capaces de llegar. Son las personas expulsadas de nuestro marco social.
La segunda idea es que nuestra investigación trae una buena noticia, al menos de forma relativa. Hoy la sociedad integrada, la de aquellas personas que no tienen dificultades para su supervivencia, la que lleva una vida digna en términos materiales, se ha recuperado, pasando de representar el 44% de la población en al año 2013 al 53% hoy en día. Si a este grupo sumáramos las personas que se encuentran en la integración de forma más precaria alcanzaríamos más del 80% de la población aragonesa. Sin embargo, y esta es una de las novedades que hemos descubierto, dentro de la sociedad integrada se está produciendo una quiebra por su base. Hay un grupo de unas 170.000 personas que aun estando en una situación de integración se encuentran en una situación de inseguridad debido a que su colchón de resistencia es débil, y serán los primeros en incorporarse al espacio de la exclusión si se produce una desaceleración de la economía.
Aragón se caracteriza en definitiva por una tendencia dicotómica durante la recuperación, en la que conviven una mejora nítida en los niveles de integración y en los índices económicos, aparejados a una reducción de la desigualdad, pero que al mismo tiempo presenta un crecimiento de la exclusión severa, que no siente los efectos de la recuperación y, de hecho, agrava sus condiciones de vida, produciéndose un proceso de acumulación de dificultades en la parte más crítica de la exclusión severa.
En ese sentido, los datos de la encuesta ponen de manifiesto la existencia de un cierto riesgo de cronificación de estas situaciones y de polarización de la estructura social, puesto que crece claramente el espacio de la integración plena y se reduce también claramente el espacio intermedio de la integración precaria, mientras se mantiene aún un amplio espacio caracterizado por la exclusión social moderada o severa, que representa aproximadamente a una de cada seis personas residentes en Aragón.
Se han identificado dos bloques principales de riesgos sociales en esa época nueva y que afectan con más fuerza a esa parte de la sociedad integrada, pero precarizada e insegura, siendo más vulnerable todavía en la sociedad excluida y estancada.
El primero se refiere a la vivienda, ya que es un motor elemental de la desigualdad y un factor clave en las dinámicas de exclusión social. El acceso a una vivienda digna se ha convertido en un derecho inaccesible para muchas familias, que sufren la inseguridad y la inadecuación de su hogar, y una influencia notable sobre los recursos económicos, sobre el estado de salud y sobre los proyectos vitales de los más jóvenes.
En Aragón la exclusión de la vivienda ha pasado a ocupar el primer lugar frente a la exclusión por del empleo, tanto para el conjunto de la población como para la población en exclusión. El 62,1% de las personas en exclusión se encuentran afectadas por esta situación.
Algunos de los indicadores más destacados serían:
- 16.000 hogares tienen deficiencias graves en la construcción
- 23.000 hogares sufren situaciones de insalubridad
- 22.000 hogares presentan situaciones de hacinamiento
- 26.000 hogares con personas con discapacidad y con barreras arquitectónicas
- 30.000 hogares con gastos excesivos en la vivienda
Específicamente, ponemos el foco en dos situaciones de exclusión residencial:
1. En situación de vivienda insegura (vivir temporalmente sin contrato de arrendamiento, vivir bajo la amenaza de la violencia, o con notificación de desahucio…) se encontrarían en Aragón unos 11.000 hogares (2%) con unas aproximadamente 24.000 personas.
2. En situación de vivienda inadecuada (en un espacio que no reúne condiciones adecuadas para la habitabilidad, con hacinamiento, sin acceso a suministros…) se encontrarían en Aragón unos 42.000 hogares (8,1%), lo que alcanzaría a unas 167.000 personas.
El segundo bloque de riesgos se refiere al empleo como factor de integración. El desempleo, a pesar de su reducción progresiva, es una realidad persistente y ahora menos protegida, que, junto con la precariedad, manifestada en temporalidad, parcialidad e itinerarios cíclicos que alternan períodos cortos de empleo con otros de desempleo, generan trabajadores pobres y excluidos y limitan las posibilidades de integración de muchos colectivos.
La desigualdad en el mercado de trabajo está imponiendo el discurso de que el éxito final reside en la consideración del empleo como un privilegio y no como un derecho. Es, además, un privilegio con respecto a los demás. La precariedad laboral se ha convertido ya en una forma de vida de forma estructural en nuestra sociedad. Solo algunas cifras sobre la pérdida de capacidad de integración del empleo:
- El 13,4% de las personas que trabajan se encuentran en exclusión social en Aragón, y el 2,1% en pobreza severa, a pesar de su esfuerzo personal, a pesar de salir a luchar todas las mañanas por sus hijos e hijas, a pesar de tener que escuchar que no son suficientemente emprendedores.
- El 40,1% de los hogares en exclusión social en Aragón registran tasas de intensidad laboral media, de entre el 20% y el 80% de la jornada anual disponible.
- La mayores tasas de pobreza y exclusión se siguen concentrando en el colectivo de personas desempleadas, así el Informe constata que el 31,9% de las personas desempleadas en Aragón se encuentran en el espacio de exclusión y el 18,8% en pobreza severa. Los datos demuestran que no contar con un empleo multiplica por dos el riesgo de caer en situación de exclusión o pobreza severa.
- Los niveles de exclusión social son más elevados entre la población con jornadas parciales que entre los que la realizan a jornada completa.
Además de estos bloques principales de riesgos la distribución de la exclusión en Aragón nos ofrece los siguientes perfiles sociodemográficos:
- 3 de cada 4 personas que sustentan hogares aragoneses en exclusión son de nacionalidad española. Aunque si se es extranjero la probabilidad de estar en el espacio de la exclusión es mayor
- 1 de cada 2 personas excluidas trabajan. Trabajar no es garantía de poder participar de poder sobrevivir
- 7 de cada 10 personas son hombres
El mayor riesgo de exclusión se concentra sin embargo en los hogares con menores, en los hogares monoparentales y de familias numerosas. Se consolida la mayor exposición de las familias con niños y de la juventud a la exclusión social, constituyéndose riesgos relacionados con: la etapa de crianza de las familias, la pérdida de capital humano, la transmisión intergeneracional de la pobreza y la frustración de proyectos vitales independientes. Los datos de la Encuesta FOESSA sostienen que cuando uno nace y se cría en un hogar con escasos bienes materiales y con ingresos reducidos aumentan las probabilidades de heredar la exclusión, la que, desde la infancia, continúa limitando las capacidades de las personas menos afortunadas. Es la marca de la transmisión intergeneracional de la pobreza. Y esa marca no para de crecer. Hoy más que ayer, la familia donde naces determina más tus oportunidades.
- En Aragón los hogares que registran tasas de exclusión más elevadas son también aquellos cuya persona sustentadora principal tiene menos de 30 años (22,3%), carece de estudios (19,6%) o es extranjero comunitario (27,5%) o extracomunitario (38%).
Como se ha dicho, en Aragón si se es de nacionalidad extranjera la probabilidad de estar en el espacio de la exclusión es mayor. Hoy en España, y también en Aragón muchas personas están instaladas en el miedo ante una sociedad del descenso y de pérdida de estatus. Un miedo que es aprovechado en un irresponsable juego que genera tensiones y problemas desde la política y los medios de comunicación allí donde no los había: por ejemplo la xenofobia. Las encuestas de opinión no recogen la inmigración como un problema, solo aproximadamente el 4% de la población piensa que es el primer problema de este país. España es uno de los países donde en menor medida se expresan opiniones abiertamente xenófobas y donde se producen menos fenómenos de rechazo. Solo el 15% de la exclusión social es de fuera de la UE en Aragón. Es importante y urgente establecer una conversación cívica con los que sienten miedo hacia la inmigración, comprender sus razones, pero explicarles el significado de la hospitalidad.