Cada 20 de noviembre se conmemora el Día de los Derechos de la Infancia. Tal día como hoy, en el año 1989, gobiernos de todo el mundo, ONG´s y otras instituciones, acordaron el texto final de la Convención sobre los Derechos del Niño, cuyo cumplimiento es obligatorio para todos los países firmantes.

La infancia y la juventud son la parte más vulnerable de la sociedad, y por otro lado, la más importante, ya que son el presente, y también son el futuro. Para que puedan ejercer como ciudadanía libre y de pleno derecho se torna fundamental acompañarles y guiarles para que adquieran conocimientos y herramientas y desarrollen y potencien todas sus capacidades. La Educación Formal y la Educación No Formal, son sin duda un pilar básico en esta consecución.

Como a nadie se le escapa, el estado español se encuentra ante una situación sociosanitaria excepcional motivada por la pandemia mundial de la COVID-19. Durante el mes de marzo, a raíz de la Declaración del Estado de Alarma y el confinamiento domiciliario, se suspendieron todas las actividades educativas de carácter presencial. Desde el primer momento, todos los agentes implicados (Administraciones Públicas, Entidades Sociales, familias, los propios protagonistas…) hicimos un enorme esfuerzo para adaptar las actividades, que tenían una enorme carga presencial, a modalidad telemática para intentar paliar así los efectos adversos derivados de este aislamiento. Además, desde algunas entidades se siguió acompañando y atendiendo de forma presencial a las familias y sus núcleos de convivencia en las intervenciones más urgentes (entrega de alimentos, equipos informáticos, tareas de la escuela en formato papel…)

En el mes de junio, con el inicio del verano y la mejora de la situación pandémica en Aragón, se regularon las actividades de Educación No Formal, con unas medidas concretas a las que supimos responder. Desde la Entidades Sociales pudimos ser conscientes de los efectos del confinamiento en la población más joven (fundamentalmente a nivel emocional) así como la enorme necesidad que existía de que la Infancia y Adolescencia retomara la actividad presencial, tanto por necesidades de desarrollo físico y cognitivo, como relacional.

En el mes de agosto, como consecuencia de una segunda ola en la Comunidad Autónoma de Aragón, se volvieron a suspender estas actividades. De nuevo, esto supuso la readaptación de las actividades a formato telemático.

Ya en septiembre, con el inicio del curso escolar 2020-2021, desde todas las Entidades Sociales comenzamos a trabajar para adaptar nuestra actividad a esta nueva normalidad: actividades en Centros Educativos, Centros Municipales de Tiempo Libre, Programas de Juventud, Voluntariado, Centros de Educación Infantil…

En octubre, con la declaración del nivel de Alerta 3, se limitan de nuevo los espacios de ocio y tiempo libre para Infancia y Adolescencia. Unos espacios que cuentan con medidas de seguridad e higiene, donde es obligatorio el uso de mascarilla, se respetan todas las medidas de ventilación, se mantienen grupos burbuja… En resumen, un espacio controlado, con profesionales de referencia, con actividades programadas y lo más importante: preventivo, no solo en relación con la COVID-19 sino también en otros aspectos, como el ámbito socioemocional, de conductas de riesgo, así como de la exclusión social.

Las actividades de Educación No Formal permiten desarrollar competencias, capacidades y habilidades, diferentes y/o complementarias a las desarrolladas en la Educación Formal. Las estrictas limitaciones en las actividades de tiempo libre y Educación No Formal con los iguales están teniendo un impacto demoledor en las relaciones interpersonales y en el estado emocional de las personas menores y jóvenes. Las consecuencias sociales de esta falta de oferta de ocio regulado ya son una evidencia y se irán agravando si no se toman medidas adecuadas, consensuadas y a tiempo.

Desde la Red Aragonesa de Entidades Sociales para la Inclusión,

MANIFESTAMOS QUE:

  • todos los agentes implicados debemos trabajar de manera conjunta. Es una responsabilidad conjunta paliar los efectos que se puedan derivar de esta situación, pero más aún para todos los agentes que intervenimos con colectivos especialmente vulnerables, como son la Infancia y Juventud
  • es necesario el reconocimiento de la educación no formal y las actividades de ocio y tiempo libre como esenciales en el desarrollo evolutivo de la infancia y juventud
  • las entidades sociales contamos con espacios seguros, personal cualificado y compromiso para cubrir de manera presencial las necesidades de la infancia y juventud. Busquemos alternativas de ocio regulado presenciales compatibles con la situación actual, no es una solución dejar sin oferta relacional a la ciudadanía
  • es fundamental que los niños y niñas se sientan escuchados e involucrados en la solución de esta crisis sanitaria, económica y social
  • hay que dar la importancia que merece a la participación infantil y adolescente. Todas las personas tienen el derecho a participar en la toma de decisiones y a intervenir activamente en los temas que les afectan
  • es necesario el apoyo emocional a los menores y jóvenes y a sus familias en este momento vital
  • es necesario mayor apoyo y refuerzo humano y material para Educación, sobre todo para los menores en los momentos que no puedan estar de modo presencial
  • los Servicios Sociales y los Servicios de Protección tienen que reforzar sus recursos, con supervisión presencial en los domicilios, presencia de la figura de educador/a…
  • ahora más que nunca es necesario aunar esfuerzos para acabar con la pobreza y que no se agrande la brecha de la desigualdad y la exclusión ya existente, sobretodo la que afecta a los niños y niñas

RED ARAGONESA DE ENTIDADES SOCIALES PARA LA INCLUSIÓN
GRUPO DE TRABAJO DE INFANCIA Y JUVENTUD

MANIFIESTO 20-N RED 2020 (PDF)